Mi presente para Marianna

Mi Abuela Guzmán se separó de mi ahora físico el 22 de Diciembre de 2002.

Nueve años y medio después de mi Paíto Guzmán.

Los mismos nueve años y medio de la primera manifestación de ella:

"Ahora si estoy ciega, se me fue mi lazarillo".

Los detalles del encuentro de ambos no los tengo.

En mi memoria si guardo la dedicación de novela de un hombre de los de antes, militar retirado, estrictísimo con sus cosas, mal encarado si era preciso e hiper enamorado de su princesa.

De su vientre no quedaron retoños, más si ocho seres "emprestados", como dirían en los llanos de mi país. Los retoños de otros bosques eran: Dos niñas, sobrinas de Carmen Salime. Un sobrino de Paíto. Cinco hermanos más (si, cinco). Estos cinco hermanos quedaron sin padre y madre. Esta última, la comadre Teodolinda.

En el lecho de muerte, Teodolinda le dijo a Carmen Salime:

Comadre, no me deje sólo a José del Carmen, su ahijado.

Prometa que no lo deja sólo.

Apenas tiene tres añitos, que será de él sin mi, comadre?.

No sólo se llevó a José del Carmen, sino que también tomó para sí a los otros cuatro hermanos huérfanos, con 11, 9, 7 y 6 años respectivamente.

La parte que yo viví es la de los hijos prestados y crecidos. Con primos que no son primos. Con tíos que no lo eran. Y donde nunca noté la diferencia.

Y llegó el día de ella partir. Mi país con una crisis petrolera que dificultó el mejor acceso hasta su tierra para unirnos en ese adiós. Y a pesar de ello, el pueblo volcado a despedir a Doña Carmen. Y pudieron viajar hasta ella siete de los ocho retoños prestados. Y hasta ella llegamos, y logramos reunirnos.

Y al tenerte al frente, mujer de temple, de grandeza, de educación y de majestad, sonreí y te manifesté: Ahora estas junto a Dios y junto a tu príncipe.

El regreso a lo cotidiano fue tan accidentado. Viajamos todos dispersos, donde se podía, dada la situación con la gasolina. En ese camino se me sembraron dudas sobre si en realidad estabas junto a Paíto (Soy humana. También dudo)

Al llegar a casa de mi padre (el hermano de 11 años de José del Carmen de aquel entonces), no tenía sueño. Y fuera de mi costumbre entonces, encendí el televisor. Encendí y cambie canales y llegué a una película: "El Soldado y mi Maestra"

Consentida de Dios como soy, obtuve mis respuestas a las dudas. Que cantidad de similitudes. Y así lo interpreté:

Ella maestra (Como mi abuela).

El soldado (Como Paíto)
Matrimonio feliz (Como el de ellos)
Sin hijos naturales (como ellos)
Con hijos prestados (Como ellos)
El partió primero (Como Paíto)
Y en el lecho de muerte de la maestra,

en la película, llegó su amor, engalanado en su traje militar.

Y desde ese momento supe que si, que estas bien, que estas feliz y que tu Príncipe encantado si vino a buscarte.

Y que el esperó pacientemente, en un tiempo sin reloj.

Que el preparó todo para el reencuentro con su princesa.

Y en ese lugar Paíto estaba galante, brindándote el brazo, con amor, con alegría.

Y donde no necesitabas de un lazarillo, porque allí si podrías ver de nuevo, pero sin perder la oportunidad te percibí colgada de tu amado...

Y sé que se dibujó la mejor de las sonrisas en tu rostro Abuela.

Y en el mío corrían gotas de alegría, porque fue atendida mi inquietud.

Antes lo supe y Ahora también:

La princesa Carmen Salime,

El Príncipe Paíto y

todos los REYES estan bien.